Este año es una fecha que a los asiduos caminantes (senderistas, escaladores, montañeros) de la Sierra de Guadarrama no le debería pasar por alto, el motivo es sencillo, se cumplen 140 años de aquel julio de 1883 en el que un grupo de la Institución Libre de Enseñanza (ILE), formado por los profesores Francisco Giner de los Ríos, Manuel Bartolomé Cossío, Salvador Calderón, Jerónimo Vida y José Madrid Moreno y un reducido grupo de alumnos de 12 y 13 años de edad, atravesaran la sierra, camino de Santander, con el objetivo de pasar un periodo de las vacaciones recorriendo parte de nuestra geografía. La excursión de la ILE, con Francisco Giner a la cabeza, tuvo un significado que alcanza hasta nuestros tiempos, siendo el comienzo del descubrimiento de la sierra en los ámbitos cultural, científico, y bienestar físico, trascendiendo a algo más profundo como es la formación de la persona desde el contacto con la naturaleza. A pesar del ostracismo y persecución al que fue sometida la ILE desde 1936, se han escrito suficientes libros y artículos para tener una idea clara de lo que fue aquel proyecto de sociedad y educación. Hablar del significado de la Institución y su legado es tan complejo y amplio, que no voy a cometer la osadía de explicarlo en unas pocas líneas (además de no ser el más indicado), pero si diré que fue un proyecto renovador del sistema educativo como concepción íntegra de la formación de la persona, alejada de los arcaicos métodos establecidos por las autoridades de la época, donde los niños aprendían memorizando y no haciendo trabajar a la mente.
Francisco Giner y la ILE abrieron el camino del modo moderno y europeo de concebir la naturaleza, y de cómo instruirse en la observación del paisaje, educando a todo nuestro yo, mente y cuerpo, en la percepción con cada uno de los sentidos, de todo aquello que nos rodea, por insignificante que parezca. Quienes caminamos por la naturaleza, le debemos a Giner y sus discípulos el concepto de mirar y observar el paisaje, de forma que en ese mirar seamos un elemento más de aquello que tenemos ante nosotros, y no un mero observador.
Para conmemorar aquel acontecimiento, 140 años después, la R.S.E.A. Peñalara, la Institución Libre de Enseñanza, la Asociación ADANAE, la Sociedad Castellarnau, y el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, han organizado una marcha que rememora aquella excursión, con el fin de que aquellas enseñanzas de Francisco Giner no caigan en el olvido, y veamos en la naturaleza algo mucho más valioso que un lugar de ocio, o un escenario donde practicar nuestro deporte. Comenzó la mañana con parada en La Casita de la ILE en El Ventorrillo, donde Leonardo Fernández Troyano nos explicó la historia de esta pequeña construcción; a continuación visita a la Fuente de los Geólogos donde Fernando Gutiérrez explicó el motivo de su construcción y la figura de los personajes a la que está dedicada. Tras estas paradas didácticas, salimos del Puerto de Navacerrada, ascendiendo al Alto de las Guarramillas, donde Eduardo Martínez de Pisón esperaba a los participantes, dando una lección magistral en tan emblemático lugar, sobre lo que ha significado Giner y la ILE en el ámbito de la Sierra de Guadarrama. Tras su intervención descendimos por la Loma del Noruego hasta el Puerto de los Cotos, donde en la Fuente Bernaldo de Quirós Nicolás Ortega Cantero habló de la figura de Constancio B. de Quirós, su vinculación con Giner y la Institución, y su relación con la Sociedad Peñalara. Durante el recorrido Pedro Nicolás fue comentando diversos aspectos del terreno y paisaje. La jornada finalizó con la recepción en la Casa del Parque por parte Juan Vielva, antiguo director del Parque Natural de Cumbre, Circo y Lagunas de Peñalara, donde nos habló del trabajo realizado durante tantos años, y en especial del desmantelamiento de la estación de Valcotos, y la rehabilitación del terreno que ocupaba. El sábado que viene la segunda etapa
La naturaleza nos habla, y debemos aprender a escucharla
Rafael Rodríguez Vidal
Comments are closed.