GRUPO EXCURSIONISTA DE PEÑALARA EN LA SALIDA A LAS CÁRCAVAS DEL PONTÇON DE LA OLIVA..
1 de febrero de 2025.
Paca en las Cárcavas.
Después de unos días de lluvia, el sábado salió el sol y nos permitió disfrutar de las Cárcavas del Pontón de la Oliva, con su impresionante contraste del rojo de la tierra, el azul limpio e intenso del cielo y el verde de una foresta que las rodea. Cuando llegas al mirador y admiras lo que tienes ante ti, puedes pensar que son pequeñas, pero tras admirar en toda su inmensidad lo que la naturaleza puede hacer y, sin poderlo evitar, las comparas con las Médulas de León, te das cuenta que nada tienen que envidiarlas porque aquí no hubieron romanos desviando agua para socavar la montaña en busca de oro….¿o sí?….
¡Ay Paca! no te metas en charcos que lo tuyo es contar la crónica del día y no ser la Emily Dickinson del Club, o mejor, que no hace falta irte al otro lado del charco del que quieres salir, la Gloria Fuertes de Peñalara.
Pues allá vamos….
Acudimos 35 personas, cual huestes en las Navas de Tolosa, a lo que pretendía ser una ruta sencilla de unos 13km sin apenas desnivel, ya que de lo que se trataba, era de ir todos juntos, charlar y conocernos (y juntos fuimos, ¡vaya si fuimos!) al haber caras nuevas entre los asistentes.
Iniciamos nuestra ruta con la algarabía propia de los encuentros y saludos a los conocidos que no veías desde hacía un tiempo, y de las auto-presentaciones a las nuevas caras. Nos dirigimos hacia el mirador dónde contemplamos las cárcavas y continuamos nuestra ruta circular hasta llegar a Alpedrete de la Sierra, donde el tintinear de unos botellines vacíos, nos atrae sin poder resistirnos (somos de voluntad floja….), y nos dirigimos al bar topándonos de bruces con la España rural ya que nos recibe un letrero bien grande en la puerta que dice: “No se admiten pagos con tarjeta ni con bizzum”. Paca, que más de uno, y más de dos se van a tener que ir a beber la fuente de la plaza…..
Se sienta a mi lado Paco, al que veo cojear un poquito, aunque no le digo nada, pero al levantarse, veo que el Cojo Manteca y él, son primos hermanos…., la cojera es notable y evidente. Cree que se le ha roto alguna fibra del gemelo, así que se lo digo a Sergio, organizador de la salida, que delega en Emilio que pone manos a la pantorrilla y Paco termina por quedarse en el pueblo y tendremos que volver a recogerle cuando lleguemos a los coches.
Tras un breve descanso, más bien social que físico, la verdad, se reúnen todos en la plaza para reanudar la marcha mientras que Consu yo nos quedamos terminando de guardar las cosas y cerrar la mochila, cuando una pareja de veinteañeros largos, o treintañeros recién estrenados, van y nos dicen:
- ¿Sois de un colegio?
((Sí del que tu madre es Directora ¡no te fastidia!.))
- No, no, de la ESO no somos, más bien diría yo que somos de la 3ª edad…., ahora, que si nos ves jóvenes, ¡yo encantada! ((y no vuelvas al chino a comprarte gafas graduadas….))
- Bueno, sí, sí, claro.
- Somos de un Club de montaña que, como ves, es numeroso. Ya nos vamos y os dejamos tranquilos. ¡A disfrutar el día!, ((¡lince de Alpedrete!))
Enfilamos la salida del pueblo, todos desparramados como buenos peñalaros (dice una leyenda que cuando van 6 peñalaros, se ven 10 huellas….), y al poco de estar caminado por una pista, ¡pum, pum!, dos tiros a lo lejos, que milagrosamente tienen el poder de reagruparnos y no movernos….. Paca, esto tiene pinta de ser una montería y según lo estoy pensando, aparece un Todo Terreno que nos dice que a la vuelta de la curva están de montería, pero que preguntemos a las personas con chaleco de la organización a ver si podemos pasar.
Surgen los primeros nervios y disparidad de opiniones, cuando se oye otro tiro muchísimo más cerca, ¡por la Virgen de la Cabeza! Esta montería debe ser de las caras porque…. ¡ese cartucho iba cargadito de pólvora!. Sergio, toma el mando y nos dice que nos esperemos, que él se acerca a hablar con los del chaleco, pero Paca, tú por si acaso quítate el buff rojo, pínchalo en el bastón e ízalo cual pendón de las Navas de Tolosa por si acaso son parientes del “lince” de Alpedrete o han ido todos al chino a graduarse las gafas…..
Y ni lo uno ni lo otro, debían ser parientes de Guillermo Tell porque al cabo de escasos minutos, tras oír otro tiro muchísimo más cerquita, vemos que aparece Sergio con la faz demudada y nos dice que ni le ha dado tiempo a llegar a preguntar, que de repente ha visto un jabalí que subía hacia él y desde enfrente ni han dudado en disparar, así que mejor dar media vuelta.
¡¡¡Por las Santas Cárcavas del Cristo de Patones!!! Que este hombre no es pequeño (1,90m) y vestido de azulón y amarillo, confundirle con un jabalí, es algo difícil, pero lo mismo pensaban que era un venado en vísperas de Carnaval…… ¡por la Virgen de la Cabeza y el pendón de las Navas!, demos media vuelta y regresemos todos bien juntitos sobre nuestros pasos.
Y eso hacíamos cuando tres perros de la jauría aparecen a nuestro lado buscando el rastro del jabalí. Dos de ellos se pasean entre nosotros, como si fuéramos invisibles, encelados únicamente con el olor del jabalí, así que decidimos quitarnos de en medio lo antes posible no vaya a ser que el jabalí decida venir a visitarnos, huyendo o confundiéndonos con su piara, ¡da igual!. Y entonces, ni el más alto pendón de las Navas de Tolosa sería suficiente….
Se decide atajar por un camino poco transitado y algo enmarañado de zarzas y espinos que Pepe y Sergio, como van los primeros, se encargas de ir apartando a su paso con las manos, e imagino que también con otras partes de su cuerpo, porque han terminado como si se hubieran peleado con gatos salvajes….. En fin, que finalmente llegamos a un recodo del camino parando a comer, y allí damos buena cuenta de nuestras viandas y del preciado líquido rojo que contiene la bota de Miguel Ángel y que ofrece a quien se acerca a catarlo.
Terminamos nuestra salida sin más incidentes después de 17km (4km más de los planeados), regresando un coche a rescatar a nuestro compañero Paco y asaltando el bar de Patones para terminar nuestro cinegético día con unas buenas cervezas.
Texto de Paca y Amparo Gassó.
Fotografías de los asistentes a la ruta.
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