GRUPO EXCURSIONISTA DE PEÑALARA EN LA SALIDA A LAS CASCADAS DEL PURGATORIO (RASCAFRÍA, MADRID).
6 de abril de 2024.
El 6 de abril cesó el tiempo lluvioso para que 25 peñalaros disfrutáramos de un estupendo día en el Purgatorio. Parece un oxímoron, pero no. Las llamadas Cascadas del Purgatorio se encuentran en un bello paraje en la cabecera del arroyo del Aguilón, afluente del río Lozoya, formando una espectacular conjunción de agua y granito.
Antes de las 9 de la mañana ya estábamos los miembros del Grupo Excursionista de Peñalara, con la puntualidad acostumbrada, mochila al hombro y bastones en ristre, en el área recreativa la Isla dispuestos para la marcha. Nuestro compañero Jesús Sanz, que junto con Miguel Ángel Prats organizó la excursión, nos explicó una modificación de última hora de la ruta motivada por la crecida del arroyo que debíamos cruzar. Esto añadió ese toque picante de sana improvisación y aventurilla que siempre agradecemos los peñalaros.
Comenzamos caminando río abajo a la vera del Lozoya para, llegando casi a la desembocadura del Aguilón, remontar por una cómoda pista. Acompañados del runrun de animadas conversaciones y del piar de carboneros y petirrojos, fuimos aproximándonos a la cascada inferior.
Desde arriba bajaba una gran riada de agua y desde abajo subía una gran riada de gente. La plataforma para observar la cascada parecía el camarote de los hermanos Marx.
Retrocedimos un poco para enseguida iniciar una empinada y fatigosa subida buscando el acceso a la cascada superior. Aquí ya desapareció el gentío como por arte de magia.
Ya en la parte más alta de la ruta repusimos fuerzas con el piscolabis reglamentario y disfrutamos de la vista de las preciosas chorreras y el panorama del valle de Lozoya y montes Carpetanos que se divisaba hacia el norte.
Para el descenso enviamos como explorador a Jesús en busca de un atajo que nos devolviera a la cascada inferior, a donde llegamos tras una emocionante destrepada mientras los buitres desde lo alto observaban atentos por si caía algo para el almuerzo.
A continuación descendimos siguiendo el curso del arroyo del Aguilón, parando para comer en una agradable pradera en sus orillas.
Remontando el río Lozoya arribamos al aparcamiento de la Isla. En su restaurante completamos la jornada compartiendo unas reconfortantes cervezas.
¡Muchas gracias a Miguel Ángel Prats, Jesús Sanz y Miguel Ángel Ruiz por organizar esta fantástica excursión!
Texto de Enrique Melcón.
Fotos de los asistentes a la ruta.
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