GRUPO EXCURSIONISTA DE PEÑALARA EN LA SIERRA DE MALAGÓN.
24 de febrero de 2024.
El día amaneció desapacible, con frío y viento que nos acompañó durante toda la jornada, con una leve nevada y granizada en las zonas altas de la montaña. Los organizadores ya habían decidido acortar la ruta y reservar en un restaurante del pueblo para quienes quisiesen quedarse a comer. A pesar de las sensaciones térmicas, tuvimos un día muy bonito.
Empezamos la ruta en el parking del Monte Abantos, en San Lorenzo de El Escorial, situado al pie del hotel Felipe ll, hoy dedicado a eventos formativos y donde aún se celebra alguna boda. Frente a nosotros se alza el contrafuerte del embalse del Romeral.
La ruta fue guiada por Miguel Ángel Ruiz acompañado de Juan de Dios Prieto y José Ramón Luis Yagüe, un estupendo narrador que nos explica que en los años 50 el hotel llegó a convertirse en unos de los mejores de España.
Empezamos el recorrido con un grupo de 27 personas. Con algunos ya habíamos coincidido en salidas anteriores. Iniciamos nuestra ascensión cruzando un pequeño puente sobre lo que fue el arroyo del Romeral, hoy sin agua pues es recogida más arriba por la presa, ya en desuso, y por algunas canalizaciones secundarias.
Dejamos a nuestra izquierda una bonita construcción de piedra, a la que llega un acueducto. Es el Arca del Romeral. Una construcción de la época del rey Felipe II que formó parte de la traída del agua hasta el Monasterio.
Por el camino nos adentramos en el Bosque de la Jurisdicción, que fue repoblado entre 1899 y 1914 por los alumnos de la Escuela de Ingenieros de Montes de El Escorial. Pronto nos encontrarnos con una fuente dedicada a Santiago Arroyo, que fue guarda de este hermoso bosque y que vivió hasta su jubilación en la casa de Pata Seca, al pie del Monte Abantos. Continuamos hasta el mirador de los Alerces, que nos ofrece una magnífica vista de la presa del Romeral y de la crestería de Abantos, en la que llama la atención el “Juego de Pelota”. Continuamos.
Seguimos nuestra subida rumbo a la llamada “Cruz de Rubens”. José Ramón nos explica que realmente no debía llamarse así. Que su nombre es Cruz del Enmedio, que junto a la Cruz del Risco Alto (o de la Cabeza) y a la Cruz del Abantos, rodean desde las alturas el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Esta Cruz ha sido llamada inapropiadamente de Rubens porque muy cerca de allí hay un conjunto de piedras desde las que en 1628 el gran maestro pinto un cuadro del Monasterio. Quedamos en ir en otra ocasión al punto exacto en el que el Rubens realizó ese cuadro. Y de paso acercarnos al puerto de San Juan de Malagón y visitar los restos del pozo de nieve que hubo allí, que fue desmontado el año 1936. ¡Pero esa es otra historia! nos dice José Ramon.
En el mirador de la Cruz quedamos fascinados al ver las preciosas vistas del Monasterio, del pueblo y de las montañas que lo rodean.
Desde allí, continuamos nuestra ruta hasta el pico Abantos (1753 mts.). Durante el camino continuó el mal tiempo y una pequeña nevisca, lo que nos dio la oportunidad de pisar un poco de nieve. En el pico Abantos, resguardados por unas rocas, hacemos una parada técnica para contemplar el magnífico paisaje que se nos ofrece a la vista, comer algo e hidratarnos. Algunos compañeros llevan un par de termos con caldo y café con leche que agradecemos todos. No falta tampoco el “Fairy” que nuestro amigo Paco lleva en todas las salidas.
Con el tiempo un poco más calmado continuamos nuestra marcha, pegados a la tapia de Cuelgamuros, para llegar hasta el Pozo de la Nieve. Es una magnífica construcción del siglo XVI, de techo abovedado, que cubre un pozo de 4 m de diámetro y otros tantos de profundidad, de muros de piedra apuntalados, en el que se guardaba, apelmazada y resguardada entre capas de paja, helechos o retama, la nieve que se había ido recogiendo de las zonas próximas de la montaña. Una vez bien compactada y según se iba necesitando, se bajaba en bloques al Escorial, o incluso se llevaban a Madrid, para su venta. Junto a esta construcción había otra, hoy desaparecida, y de la que sólo quedan algunos restos, en la se alojaban los lugareños contratados para recoger la nieve. El pozo es una construcción catalogada por el Ayuntamiento y Patrimonio, con protección integral, un monumento histórico, que habría que conservar y proteger, que hoy lamentablemente está en amenaza de hundirse. Es un monumento que urge ser restaurado.
Hay que recordar, como nos explica José Ramón, que hasta finales del siglo XIX no se empezó a producir hielo en España. Por ello la única forma de disponer de hielo o nieve helada (era así como se llamaba) era la que se recogía en las montañas y seguardaba, hasta su uso, en lugares bien ventilados y frescos (los pozos de nieve).
Una vez realizadas las obligadas fotos de grupo, con el Pozo de fondo, iniciamos el camino de retorno, atravesando el prado de los Tientos y bajando por el mismo camino por el que habíamos subido, hasta llegar al aparcamiento donde teníamos nuestros coches. Una vez allí nos dirigimos hacia el restaurante donde degustamos un rico menú y un agradable rato de conversación con los compañeros de marcha.
En general está ruta ha sido muy bonita a pesar del tiempo, paisajes preciosos, vistas espectaculares y compañía magnífica.
Muchas gracias por hacer posible estos momentos de felicidad.
Texto de Eliana Suárez Clavel.
Fotos de los asistentes a la ruta.
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